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13 noviembre 2015

ACAMPADA ENTRE TINIEBLAS


El sol se esconde de camino al bosque. Les quedan pocos kilómetros para llegar a su destino. Quieren llegar antes que la noche caiga.. Ellos conducen un Ford Kuga, las dos parejas y el pastor alemán que les acompañan. Alba y Rubén van en la parte trasera del coche, son pareja desde hace un año, el perro es de Alba. Ella es una mujer,  PAS (persona altamente sensitiva) desde que era una niña. Es un “Don”, pero para ella, más bien es una carga. Todas las parejas que tuvo Alba, no le duraron mas de un mes, en cambio Rubén, es con el que ha logrado superar ese tiempo. A su chico no le importa que ella tenga esa carga (sensitiva). A veces sus amigos se guasean de ella, llamándola “Sexto sentido”, como la película de Bruce Willis, con la famosa frase; “A veces veo muertos”. Se suele enfadar con esas bromas de sus amigos, pero sabe que no es con mala intención, solo es una simple broma.  De pequeña, después de haber fallecido su abuela, Alba conversaba con ella en su habitación. Sus padres lo pasaron mal con su hija, pensaban que tenia problemas de esquizofrenia infantil, o algo parecido, llevándola al Psiquiatra y Psicólogo. Pasados los años, sus padres lograron convencerse que su hija no tenía problemas Psiquiátricos, solo que era una niña algo especial.
Hoy a sus 28 años, es maestra de profesión. Tiene un permiso de varios días, aprovechando para irse de acampada con su novio (Rubén) y la otra pareja (Carlos y Lucia),  situados en la parte delantera del coche,  conduce  Carlos. Se dirigen a los Pirineos Navarros, a un lugar de encanto, ningún excursionista  conoce el sitio a donde van. Un amigo de Carlos se lo mencionó, aunque este colega  nunca fue allí, lo conocía de oídas. Les advirtieron que  estaba algo escondido y de difícil acceso entre las montañas , pero ellos son aventureros, les gusta el riesgo.
Están a finales del mes de Octubre, siendo las 18 h, apenas les queda luz solar para poder montar las tiendas. Llevan viajando muchas horas, desde  de un pueblo de Huelva. Un  recorrido, de 1.000 Km.  Aproximadamente.  Divisan un pequeño pueblo en plena montaña,  por donde tenían que desviarse,  a partir de esa zona, el camino era de tierra y piedras, sin apenas carteles indicativos de carreteras, era una zona salvaje, sin viviendas en los alrededores.
-         Estamos muy cerca de la zona, comenta  Carlos.
-         Está empezando a llover, sin apenas luz y con la lluvia, lo vamos a tener  difícil para montar las tiendas, dice Rubén.
-         ¡ Escuchar! Chicos, comenta el conductor, - vamos a tener que dormir dentro del coche, el sitio donde vamos esta algo retirado de donde dejamos el vehículo, de allí tendremos que andar cerca de dos kilómetros, cargados con todo el material de las tiendas.
-         ¡Carlos! ¿No dices que hay una aldea cerca del campamento? – Podemos dejar el coche allí y alojarnos en alguna casa, - seguro que nos dan cobijo.
-         Alba, la aldea está abandonada y el coche no lo podemos estacionar en el pueblo, según tengo entendido,  no hay manera de acceder al pueblo  en vehículo. – Atravesaremos por el andando para bajar por una colina,  bordeando el rió, allí  es donde se encuentra el lugar donde acamparemos.
Deciden aparcar el Ford Kuga en una zona rodeada de árboles frondosos, la vegetación es abundante, apenas hay visibilidad a varios metros.  Cenan  cualquier cosa,  a las pocas horas  caen rendidos quedándose dormidos. Ha dejado de llover, a eso de las dos de la madrugada…. A pocos metros de donde se encuentran, se oyen pisadas, de ramas al partirse. El perro empieza a gruñir, Alba se despierta escuchando a su pastor alemán, hay alguien merodeando, sabe que esa persona no es de este mundo terrenal, es un alma que deambula sin saberlo el. Despierta a Rubén contándole lo que está viendo y oyendo. – ¡Alba! yo no veo nada, ¡ya estas con tus fantasmas!
-         Rubén, Nico (el perro) también lo escucha, por eso gruñe.
-         Será un animal del bosque.
-         ¡No! Es un espíritu en forma de persona. Lo estoy viendo desde aquí.
Al instante, se desvanece la figura espectral. Nico se tranquiliza quedándose dormido,  en cambio, Alba ya no puede conciliar el sueño, tiene malas vibraciones, sabe que hay dos clases de espíritus,  los buenos (aparecen para darte un mensaje) y los malignos (son aquellos que sus almas no descansan, se apoderan de otra alma de una persona viva). Este espíritu era de los segundos, los malignos.
Amanece, continúan por el sendero hasta llegar al punto indicado. El coche lo habían dejado antes de alcanzar  la aldea fantasma. Sienten escalofríos pasando por las casas derruidas, abandonadas, el aspecto de la zona es de llevar muchos años desertada. El lugar impresiona por su aspecto tétrico y siniestro, de película de terror. Alba percibe muchas vibraciones, no se encuentra segura pasando por ese lugar, en cambio decide no comentar nada al grupo. El lugar donde acampan es un entorno agradable, rodeados de árboles muy altos, al lado hay una pequeña cabaña, (antiguo refugio de pastores) todavía tiene mesas, sillas y una chimenea. A pocos metros de ellos, una pequeña cascada en forma de cola de caballo, todo el lugar de ensueño, ha merecido la pena llegar al paraíso. A pesar de las fechas que están, se dan un baño en el río, desnudos. La temperatura es alta, en cambio el agua está fría.
Después de desayunar, inspeccionan la zona volviendo a la aldea para hacer fotos. Rubén se desplaza del grupo para orinar, desde donde se encuentra en la colina, tiene una visión perfecta del campamento, cuando termina de sus necesidades,  observa a varias personas merodeando por la cabaña. Avisa al grupo, - ¡Mirad!, allí abajo hay gente en nuestras tiendas, seguro que son ladrones. Cuando se asoman el resto del grupo,  las tiendas siguen vacías.
-         Allí no hay nadie, Rubén, comenta Lucia y Carlos.
-         ¡Os juro ¡que había un grupo de unos cinco chavales,
-         Bajemos a las tiendas a comprobar, dice Lucía.  Alba si le cree, ella sabe que la zona en general, sobre todo la aldea, está impregnada de espíritus ancestrales buscando el  descanso de sus almas. Su sensor sensitivo se ha puesto en marcha.

2º NOCHE:

Las dos parejas disfrutan de la cena, Lucía saca de su mochila una botella de Ron, siendo la segunda botella que cae en la noche. Carlos prepara un porro de cannabis, no paran de reírse, se están divirtiéndose los cuatro dentro de una sola tienda. La mezcla de alcohol y drogas, hacen que las dos parejas acaben desnudándose, haciendo sexo entre ambas parejas, no era la primera vez que sucedía esto, siempre que fumaban y bebían, acaban de aquella manera,  no acordándose de nada al día siguiente.
Ya en la madrugada, el pastor alemán empieza a ladrar, está temblando de miedo (los animales tienen una percepción sensorial más desarrollada que las personas), se despierta Lucía al escuchar la cremallera de la otra tienda abrirse, ya que los cuatro se encuentran en una sola. Está todavía con los efectos de la juerga, es consciente del pánico que la  entra, avisa a los demás, los cuales siguen durmiendo como troncos, no  enterándose de nada. - ¿Por qué ladra Nico?, me duele la cabeza. Comenta Carlos. – Será un jabalí rondando por la zona.
-         ¡No! Acabo de escuchar como se bajaba la cremallera de la otra tienda, estoy asustada hay alguien por esta zona, se oían pasos de varias personas.-
-         Yo la creo a Lucía, igual que a Rubén cuando dijo que vio a esos chicos en el campamento. Son almas en pena que vagan sin rumbo fijo, note las presencias cuando atravesamos el pueblo,  toda la zona desde la aldea a la cabaña, es un lugar con mucha actividad. No quise decir nada, ayer mismo por la noche, vi a uno de ellos.
-         Alba, ya estamos con tus fantasmas, allí donde vas, siempre encuentras alguno.
-         ¡Si!, pero esta vez es peor, aquí tuvo que pasar algo terrible, lo presiento  por eso no me deja dormir.
Se produce un silencio, empieza a crearse un  miedo colectivo en el grupo.
A la mañana siguiente con una buena resaca, sin apenas dormir, después del desayuno,  cogen las cañas de pescar permaneciendo cerca del campamento río abajo. Carlos tiene que subir al coche a recoger víveres, ya de regreso al campamento, atravesando la aldea, se encuentra a una persona sentada en una de las lápidas del pequeño cementerio, este se gira cuando Carlos pasa a su lado, levantándose.  Se asusta por el aspecto del muchacho, tiene la cara manchada de sangre, portando un cuchillo de grandes dimensiones. Carlos echa a correr al ver el cuchillo, con tan mala suerte que tropieza golpeándose la cabeza con un trozo de pared de una de las casas derruidas.
Ha pasado varias horas, el grupo se preocupa por la tardanza de su amigo, deciden buscarlo. Su novia, Lucía está asustada, piensa que algo malo le ha ocurrido.


Mientras tanto….... Carlos se encuentra en otra dimensión, en el mismo lugar donde tropezó, esta vez la aldea tiene vida, con sus gentes deambulando de un sitio a otro, el único bar abierto, las tiendas de comestibles repleta de turistas extranjeros. Se ha hecho de noche, los turistas se marchan quedando  solo los lugareños.  En un establo escucha voces de varias personas gritando. Se asoma para mirar por un hueco, lo que observa le produce pavor. Unos chicos de unos veinte años aproximadamente, están siendo golpeados salvajemente por los habitantes del pueblo. Logra escuchar a un hombre de mediana edad, con barba blanca, sobre una violación de una chica del pueblo. Los cinco muchachos allí retenidos, son turistas. Observa como las personas locales, amarran unas cuerdas en lo alto del establo….

Carlos se despierta, ante él, se encuentran sus amigos, Lucía rompe a llorar abrazándose.
-         ¡Qué te ha pasado! Cariño, nos tenías preocupados.
-         ¡No lo sé!,  debí de tropezar con algo y perdí el conocimiento, no me acuerdo de nada.
-         Llevabas tiempo sin dar señales de vida, por eso decidimos irte a buscar, dice Alba.
Más calmados los cuatro, preparan la comida, mientras el perro juega por la zona, escarbando en un sitio y en otro. Mientras se toman el café, Carlos se siente raro desde el golpe sufrido  en la cabeza, le vienen lapsus de vez en cuando, pero no sabe qué son esas imágenes de personas rurales de aspecto pobre y de otra época de la España profunda, en la posguerra.
Nico se acerca a ellos portando un hueso en la boca. - ¡Mirad! a mi perro, lleva un hueso.
-         Parece de algún animal, dice Carlos.
-         No es de ningún animal, es humano.
-         Con eso de que estudias medicina te crees una experta en huesos, Lucia. Comenta Rubén.
Deciden tirar el hueso al río olvidándose de él , no queriendo saber nada más.

3ª NOCHE:

Esa noche, las parejas se encuentran confusas después del día que han tenido. No tienen visitas nocturnas, sin embargo Carlos ha cambiado, no es el mismo desde el accidente, su comportamiento es grotesco hacia el grupo, sobre todo a Lucía. En algún momento llega a ser bastante agresivo. Tiene un sueño, en los que los cinco chavales son golpeados, hasta dejarlos inconscientes, parece que lo vive en primera persona, es tan real como si uno de los chicos fuese el mismo.
Al día siguiente, practican senderismo recorren la zona montañosa, su paisaje es abrumador, de la belleza que les rodean. De vuelta a las tiendas, se encuentran a un hombrecillo de edad sin definir, pero este pastor acompañado de su rebaño de cabras, tenia mas de noventa años, se conservaba en buena forma. Carlos al verlo, lo cree reconocer pero no sabe de que lo conoce.
-¡Buenos días! Muchachos ¿donde vais por estos lugares tan solitarios?
- Estamos acampados en el río, donde la aldea abandonada, dice Rubén.
El pastor cambia de aspecto, borrando su sonrisa y endureciendo su rostro.
-         Allí no suele acampar  nadie, dicen que la zona está maldita.
-         ¿Y eso porque?, pregunta Alba.
El pastor decide contar la historia;

Corría el año 1949, era una época muy dura con la posguerra, se pasaba hambre, no teníamos trabajo. En el mes de agosto, se presentó  un grupo de muchachos a la aldea, estaban acampados en la misma zona vuestra. Al principio todo iba bien, ya que dejaban pesetas a la aldea, eran niños de papá con dinero. Había uno en particular, que desde el principio no le gustaba a nadie, era mala gente, el cabecilla del grupo. Un día, el pueblo alarmado deciden bajar al campamento a buscarlos, al parecer habían violado a una chica de 15 años. Entramos en cólera, ya que los padres de los chicos, eran terratenientes de la capital , personas importantes, el suceso quedaría impune. Estamos hablando de un tiempo que las leyes estaban hechas para los ricos, acabamos de salir de una guerra. Nos tomamos nuestra propia justicia…. Yo no quise participar, me parecía una auténtica salvajada (Reflexiona unos segundos para continuar). Los muchachos fueron apaleados, después los ahorcaron en un establo…. Los cadáveres fueron enterrados en el bosque. A raíz de los asesinatos,  la maldición nos persiguió durante años, en la aldea sucedían extraños accidentes provocados por este muchacho, después de muerto seguía acosándonos, era el mismo diablo en esencia espectral,   el cabecilla del grupo, no recuerdo el nombre, era un verdadero psicópata en potencia, al parecer tenía a su cargo, además de la violación de la adolescente, dos muertes violentas de otras chicas, que no se esclarecieron nunca.  Muchos lugareños abandonaron el pueblo. Yo resistí hasta quedarme solo…. Donde fallecí en mi  propia casa…
En ese instante, la niebla comienza a bajar, pierden de vista al pastor, se ha desvanecido junto con su ganado. Alba sabía de antemano que  era una anima.
Carlos conocía al pastor, se acordaba de que no quiso participar en la matanza humana.Tras los sucesos acontecidos en el mismo día, tienen que huir de allí. 
Deciden desmontar las tiendas para marcharse de aquel lugar maldito, ya no estaban a gusto. Solo Carlos se queda, no  lo pueden llevar con ellos, el se siente seguro en la aldea. Alba sabía que su amigo había sido poseído por uno de los chicos asesinados, el que se presentó la primera noche, el cabecilla del grupo. Necesitaba ayuda urgente de un especialista en Parapsicología, conocido por Alba. Al informarse esta por su amigo parasicólogo, le dice que Carlos necesita un exorcista para expulsar al Ente, si no llegase a funcionar el exorcismo, tendrían que desenterrar los cuerpos de aquellos muchachos asesinados, en especial el del líder. Les dan la dirección del exorcista al que deben acudir, siendo localizado en un pequeño pueblo del sur de Francia, Montpeyroux, (situado en el macizo central con el Languedoc) en una iglesia del siglo XIII. Logran convencer al sacerdote para acompañarlos a la zona pirenaica Navarra. Ya en la aldea, dan con su amigo, su aspecto es desolador parece un muerto en vida, el Ente le está consumiendo por dentro. El sacerdote Francés al verlo retrocede hacia atrás, le ha causado un impacto demoníaco. Se lleva a Alba a un apartado para conversar con ella. –¡Lo siento! señorita, no puedo ayudar a su amigo, no podré competir con ese espíritu que le corroe por dentro, mi exorcismo no será efectivo. – Tiene que ayudarnos, cuando más tiempo transcurra será peor para él, incluso llegando su propia muerte. – La única salida ahora mismo… es desenterrar los cadáveres, para expulsar el mal y las ánimas vuelvan a su lugar de donde proceden, llevan tiempo encerradas en este sitio.
El sacerdote es acompañado por Rubén a una estación de autobuses más cercana.  Mientras las dos chicas se ponen a cavar  en la zona donde Nico (el pastor alemán) encontró el hueso humano.
Se esconde el sol, después de varias horas cavando sin encontrar nada. Tienen que montar las tiendas para pasar la noche, Lucia esta muerta de miedo, mientras tanto Carlos deambula como un zombie por la aldea fantasma. Dentro de la tienda, las chicas no pueden conciliar el sueño, los acontecimientos de los últimos días, ha provocado que el grupo se sienta confuso, caótico y bloqueados mentalmente, Alba es la única que tira del carro. A eso de las dos de la madrugada, se empiezan a escuchar todo tipo de sonidos, uno en particular…. Voces de varias personas susurrando entre ellas. Nico empieza a ladrar a la vez que le entra un temblor que le hace huir del lugar, dejando a las chicas solas. Alba sale de la tienda a buscar a su perro, le llama… este no contesta se ha perdido entre la niebla, cada vez mas espesa, no se divisa nada a diez metros.
Las voces se escuchan cada vez más cerca, Lucia coge un cuchillo para protegerse no sabe muy bien de quienes. Alba se acerca a la cabaña, al abrir la puerta…….
Encuentra a cinco muchachos sentados, todavía llevan colgadas las sogas en el cuello,  manchados de sangre, uno de ellos le falta la mitad de su cara, de los golpes sufridos aquel día fatídico para ambos, ya que Amador (el cabecilla) fue el único violador, los amigos no tocaron ni un pelo de aquella adolescente, pagando justo por pecadores el grupo entero. Sale corriendo de allí, en busca de Lucía… Alguien las agarra de los pelos, empujándolas al suelo. Carlos lleva en la mano un hacha dispuesto a usarlo, ese ya no es Carlos… es un asesino en potencia (Amador), su mirada es glacial, de odio, de rabia… Aparece en medio de la noche Rubén, golpeándole a su amigo en la cabeza,  perdiendo el conocimiento. Los tres amigos, se asoman a la cabaña para mirar si continuaban los muchachos, ya se habían desvanecido.
Dentro de la cabaña, maniatan a Carlos para que no pueda escapar ni hacer daño a nadie. Cuando amanece, prosiguen con las excavaciones, lograron encontrar a uno solo de los esqueletos.
Alba se acuerda de la primera noche, cuando apareció el espíritu de líder, donde se hallaban dentro del coche. - Seguro que en esa zona del bosque estarían los otros cadáveres, comenta Alba. Les llevo todo el día entero cavando, dando sus frutos al encontrar al resto de los difuntos. Una especie de resplandor  salía de la cabaña donde se encontraba Carlos prisionero. Alba fue la única que pudo presenciar aquella luz divina. Por fin las ánimas de aquellos muchachos de la posguerra Española, descansaban en paz, al ser liberados sus esqueletos.
Carlos volvió a ser el mismo, al expulsar aquel Ente demoníaco de Amador. Nico apareció al día siguiente a unos diez kilómetros de la aldea, sano y salvo.


EPÍLOGO: Seis meses después…

Alba está en una de sus aulas dando una clase de Historia a  los alumnos de 4º de la ESO, la clase es amena, participativa por parte de la mayoría de alumnos….en ese instante suena el pitido en el que la clase había terminado. La profesora se despide de sus alumnos hasta el día siguiente. Alba se queda sola en su clase corrigiendo unos exámenes que tenia pendiente, ya que no quería llevarse trabajo a casa. Se le ha hecho tarde, en el colegio apenas queda nadie, solo el operario de la limpieza, lo escucha ella en el aula de enfrente. Empieza a recoger sus cosas para marcharse a casa, en ese instante el operario de limpieza golpea la puerta con los nudillos, para poder entrar y hacer su cometido. Alba le deja entrar…..los dos se miran a la cara, la profesora se pone pálida, entrándole escalofríos, un sudor frío le recorre la espina dorsal al ver al operario de limpieza……..©

1 comentario:

Unknown dijo...

Esta muy chuli , como sabes tienes que mejorar en algo que tú y yo sabemos.