Como todos los
días en clase de Filosofía, Valentín se quedaba fascinado con su profesora (Isabel),
una mujer entrada en los cuarenta, atractiva, pelo moreno, sus ojos eran
grandes y rasgados, su voz tan sensual cuando pronunciaba su nombre, que se sentía seducido. A Isabel, se la notaba triste, él lo percibía a pesar de sus 19 años, era muy
intuitivo.
Un día, al
terminar la clase, Valen se acercó al
despacho de su profesora para consultar
la nota de su examen del día anterior, no estaba conforme. La puerta estaba entreabierta, entró sin llamar. Isabel estaba llorando, al ver a su alumno se limpió las lágrimas y disimulo su acción. Este le pregunto; - ¿Se encuentra
bien Profesora?
-
¡Si!
No te preocupes, tengo un mal día cielo.
-
Llevo
tiempo observándola, la noto triste y apagada.
-
¡Si!,
tengo problemas en casa, mi matrimonio está pasando por un bache. Aunque no te
quiero aburrir con mis historias, no tengo confianza contigo.
Valen por
instinto, se acercó a ella y limpio sus
lágrimas, acariciando su mejilla. Isabel, algo cortada, agradeció su
atrevimiento, posando su mano en su alumno.
Se sentó frente a
ella mientras revisaba su examen, el no dejaba de mirarla, le parecía una mujer
sensible y muy agradable. Ella levantó la vista
del examen, sus miradas se encontraron durante unos segundos
interminables, algo incómoda, volvió a bajar la vista al examen.
Días después,
coinciden en un vagón del Metro. Isabel,
al ver a Valentín, sintió una especie de hormigueo, no sabia porque,
pero aquel muchacho la atraía, a pesar de doblarle la edad, le parecía un chico más maduro, en comparación con los de su edad.
-
¡Hola!
Valentín, ¿A dónde te diriges?
-
¡Hola
Profesora!, me dirijo a casa de un amigo.
-
¡Por
favor! Llámame por mi nombre de pila, ahora no soy tu profesora.
-
¿Dónde
vas tan cargada con la compra Isabel?, te puedo ayudar.
Isabel dudo por
un instante, pero luego accedió al ofrecimiento del chico. Durante el trayecto a
su casa, los dos permanecieron callados sin saber que contarse, estaban
cohibidos. Sus miradas se cruzaban a intervalos, desviándole ella al sentir
pavor.
Al llegar a casa
de Isabel, le ofreció un café, conversaron de los estudios, de las ambiciones
de ambos en el futuro. Mientras se
escuchaban el uno al otro, en la cocina
se respiraba una atmósfera de
atracción sexual por parte de ambos. A la anfitriona, se le vertió el café en
la camisa de Valentín: - ¡Lo siento!, que torpe soy, déjame que te lo limpie. –
No importa ha sido un accidente.
Le rozó su mano
mientras ella le limpiaba la camisa, Valen se sentía excitado al tocar su mano
en su ombligo, donde tenia la mancha de café.
Este no pudo más, y se abalanzó a
ella besándola en la boca, ella respondió de la misma manera, se besaban con
tanta pasión, que los cristales de las ventanas se empañaron. Isabel, se arrepintió,
apartando a este de su boca. - ¡No puede ser!, esto no esta bien, soy tu
profesora y además mi marido esta a punto de venir.
-
¡Isabel!,
tu lo deseas igual que yo, los dos sentimos atracción desde hace tiempo, ya
se que soy tu alumno, pero me gustas y no puedo evitarlo.
-
¡Maldita
sea!, te doblo la edad, no te das cuenta que podría ser tu madre.
En ese instante,
Valen salió por la puerta bastante enfadado, dando un portazo. No volvió a verla transcurrido un mes, ya que estaban en el periodo de vacaciones
de verano. Fue en Benidorm donde volvieron a encontrarse. Valentín estaba con
sus padres y su hermano, Isabel con su marido y su hijo pequeño. Coincidieron en un Restaurante de la zona.
Valen al verla, sintió emoción, a su
vez una especie de cosquilleo, no sabría
definirlo en esos instantes. Ella se percató que se encontraba en el mismo
comedor del Restaurante, se puso nerviosa, no sabía si era de agitación o de pavor. Ni siquiera pudo saludarlo, no quería hacerlo. Aquel beso en su casa, la
tenía desconcertada desde entonces. Sentía algo por aquel muchacho, pero no
sabía el qué.
Esa misma noche,
Valen se encontraba en un Pub con sus amigos, tomando unas cervezas, he
intentando ligar con alguna “guiri “, el
no tenia muchas ganas de llevarse a la cama a ninguna chica, sobre todo desde
que se encontró a su profesora. No se la podía quitar de la cabeza . Al
salir del Pub, a lo lejos, Valen divisa a una pareja discutiendo, el hombre la
agarra del brazo a su esposa, la tira al suelo, se acercan los viandantes por
la escena de violencia que están presenciando. Ya de cerca, los muchachos
observan a la mujer llorando, era Isabel. Valen al percatarse, sale enfurecido
hacia su marido, golpeándole en la cara, se produce una pelea de auténtica
película de acción, ambos hombres se tiran al suelo agarrados, la gente
consigue separarlos. Algo más calmado, Valen mira a su alrededor, no encuentra
a la mujer. Se recorre media ciudad en busca de Isabel, no la encuentra por
ningún lugar. Benidorm es muy grande. Desolado y descontento, se acerca a la
playa, varios grupos de chavales se encuentran en la arena haciendo botellón. Camina sin rumbo fijo por la orilla, con
la cabeza agachada. En un apartado de la playa, en la oscuridad, una mujer se
hallaba sentada en la arena, reflexionaba
sola, no había nadie más. El seguía caminando a su bola. Según se va
alejando, escucha su nombre de la voz de aquella mujer. Se vuelve hacia ella,
reconoce esa voz, es Isabel. Valen se sienta junto a ella a la luz de la luna,
la abraza con ternura, se besan con pasión, revolcándose en la arena. Se
desnudan el uno al otro, la escena, parece sacada de una película
Romántica. Acaricia los pezones de ella, besándolos con dulzura, excitados
y emocionados, no se percatan que son
observados por los muchachos del botellón. Ellos no quieren parar, les da igual
que los miren, están en plena armonía de lujuria. Los muchachos se cansan de observar siguiendo su camino. La pareja sigue en su fuego de sexo continuo, hacen
el amor sin tregua, sin descanso, la noche se les hizo corta. Amanece… Los enamorados, permanecen abrazados, todavía desnudos, dándose calor el
uno al otro.
EPILOGO:
Transcurrido el verano, Isabel se divorció de su marido maltratador.
Solicito el traslado a otra Universidad. No podía permanecer en el mismo centro que Valentín. Estaba muy confusa, sin
embargo, aquella relación no era posible. No podía tener futuro, la diferencia
de edad la limitaba (21 años).
Por otra parte, a
Valen no le importaba esa diferencia con Isabel, estaba enamorado, igual que
ella de el.
Valentín, decide
viajar a Sevilla, donde se había trasladado su profesora a trabajar y emprender
una nueva vida con su hijo. Investiga su paradero, Isabel se encontraba
impartiendo clase . En plena aula, Valen entra en su espacio de
trabajo, los dos se quedan mirándose a los ojos, ella deja de hablar a sus
alumnos…El silencio se prolonga durante varios segundos….La abraza, la besa….En ese
momento, el tiempo se detiene. Los alumnos aplauden la escena. Ellos siguen a lo suyo, ni siquiera escuchan a los muchachos. El amor triunfa... Es lo que importa en ese instante.
El Amor no
entiende de raza, sexo, clases y mucho menos de edad…….
5 comentarios:
Hola, me encantó tu historia. La verdad me di cuenta de la longitud fue cuando vi el tamaño del texto en el monitor pero en ningún momento me aburrí, eso es muy importante para las historias cortas. Yo también escribo historias en mi blog, y estoy paseandome para leer otros cuentos y entretenerme. Me gustó mucho tu trabajo, saludos desde Venezuela!
¡Oh!Wao jeje. Estoy navegando en la red en busca de buenos blogs y este es uno de ellos. Me enganchaste con el de Pasión Docente, me encantan los relatos así. Bueno, estaré pendiente a todo lo que escribas. En www.cuentoscortossite.wordpress.com, un blog de mi autoría, encontrarás un cuento llamado "10 minutos de SEXO" que de seguro te va a gustar, se parece a "Pasión Docente" jeje. Espero que puedas echarle un vistazo. Saludos.
Muchas gracias amigo, me alegro que te haya gustado, aunque mi fuerte es el terror.
Gracias, me alegro que te guste. Le echare un vistazo a tu blog.
Gracias, me alegro que te guste. Le echare un vistazo a tu blog.
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